Escuche que el cantaba una buena canción, había oído que el tenia estilo, y entonces vine a verlo y escuchar un rato, Y ahí estaba ese jovencito, desconocido para mis ojos, Rasgando mi dolor con sus dedos, Contando mi vida con sus palabras,
Matandome suavemente con su canción, Matandome suavemente con su canción, Diciendo mi vida entera con sus palabras, Matandome suavemente con su canción, Me senti ruborizada, con fiebre, Avergonzada por la multitud Senti que había encontrado mis cartas y leia cada una en voz alta, Recé que terminara..
Pero el solo seguia...